domingo, 10 de abril de 2011

Asesina

Desprendido de mis sueños entresijos.

Llevo la mirada turbia y un par de sollozos.

Cuán daño puede hacer una persona,

sus armas, sus guerras.

Una bala disparada con desapego.

Una bomba detonada entre los pies.

Un empujón y al abismo.

Tantos objetos. Tantos entes.

Arrancado de mis anhelos, me detengo,

traigo la voz entre cortada y vacilante.

Cuán daño puede hacer un individuo,

sus comportamientos, sus actitudes.

Arruinadas están sus conciencias.

Arrogantes creyendo poder hacerlo todo.

Insignificantes algunos para otros.

Tantas maldades. Tantos perversos.

Pasmado y desconcertado aún. Giro. Observo.

Llevo una lenta y enigmática sensación

-preguntan mis más íntimos recelos-

Qué tanto daño hace tan sólo un par de palabras,

una expresión arraigada a perdigones asesinos

que despojan los vestidos a los pensamientos,

lo que en verdad significa alguien para otro.

Demolición perfecta, corta, silenciosa.

Crimen que paga la víctima aún más

si estima existía – decepción.

Cuán doloroso es aquel azote.

Las traiciones. Las calumnias. Los odios

diciendo ser amores.

Todo sale por la boca:

El arma más mortal del hombre.

-Dalex.

No hay comentarios:

Publicar un comentario