Es inevitable,
cada cuarto
antes de la sexta punta
alzar la vista a tus nubes garabateadas
-admirado, aniñado-
Ese viento azur
corroe a mis sentidos
y, el mismo, oxida mi atención
frustra mi apurado andar
y atora mis sinapsis
en un mar gris y etéreo
sobrevolado
Dejadme solo, de pie
esperando el ocaso...
domingo, 6 de junio de 2010
Suscribirse a:
Entradas (Atom)